lunes, diciembre 13, 2010

Aguas tratadas alimentan las áreas verdes


Es frecuente ver que muchos distritos de Lima riegan sus áreas verdes, pero se ha puesto a analizar de dónde sale esa agua que proporciona vida a los pulmones de la capital. Solo algunas localidades como San Borja, San Isidro, Miraflores y Surco realizan una encomiable labor al tratar las aguas que no son de consumo humano, para preservar la flora de nuestro hábitat.

Esta iniciativa de crear plantas de tratamiento de las aguas se produjo por la necesidad de mantener las áreas verdes, como lo recomienda el Organismo Mundial de Salud (OMS), por cada habitante de un distrito se debe llegar a 8 metros cuadrado de las áreas verdes.

“Con el proyecto de la costa verde se anhela ampliar en 9 metros cuadrado el índice de áreas alimentadas con aguas tratadas”, manifestó Jimmy Sánchez Gutiérrez, Subgerente de parques y jardines del medio ambiente del distrito de San Miguel.

El proceso se almacenamiento de agua se efectúa desde los canales de regadío y se filtra el agua para que no sacar las partículas o desechos antes de ingresar al servicio de sedimentación, esta canaleta posee unas celdas pequeñas para evitar el traslado de impurezas sólidas, así se evitará regar las áreas verdes con el agua potable.

Para el mantener las aguas residuales se utiliza el peróxido de Carbono este químico permite eliminar las sustancias que poseen las cuales le dan un olor fétido, pero por el costo de este químico se ha optado por usar el hipoclorito de calcio que se convierte en un desinfectante volátil para las plantas.

En el distrito de Miguel se espera ampliar este sistema de de tratamiento de las aguas, puesto que el 60 por ciento de sus áreas verdes aún se nutren con aguas potables, aseguró Jimmy Sánchez Gutiérrez, esto inevitablemente perjudica a los sectores de la población limeña que no cuentan con agua.


miércoles, diciembre 01, 2010

Olimpiadas especiales

Durante muchos años nuestro país se mostró indiferente ante la posibilidad de brindar una oportunidad a las personas que sufren una discapacidad. Sin embargo esto no fue motivo para menguar la voluntad que tuvo Eunice Kennedy Shriver de resaltar el ingenio y habilidad que tienen estas personas en el deporte.

Es así como se empieza a producir una responsabilidad de parte de todos los peruanos. Debemos erradicar la discriminación y el rechazo a las personas que poseen esta discapacidad. La unión consolidada entre nosotros será la única brecha que nos ayude a pasar las fronteras de la desigualdad.

Sin embargo, estas personas tienen una discapacidad que se ve recompensada con una habilidad: El desenvolvimiento en los deportes y los movimientos físicos, estas actividades ayudan a la mejora de su salud y bienestar físico. Asimismo les genera una confianza social, da pie a que sean considerados como miembros activos, productivos de sus familias y comunidad.

No debemos ser indiferentes ante alguna posibilidad de ayuda, puesto que nuestros genios del deporte especial necesitan contar con una buena solvencia económica para poder participar en estas jornadas. Las ayudas se pueden realizar de diferentes formas: comprando panteones “El buen gusto” distribuidos por la organización Olimpiadas especiales (Paseo la República 6243, Miraflores) o pueden hacer donaciones al depósito en cualquiera de las agencias del Banco de Crédito del Perú e Interbank.

Estas iniciativas deportivas ofrecen a las personas con discapacidad la oportunidad de tomar roles activos de liderazgo dentro y fuera del campo deportivo.

En fin, está en nuestras manos corregir los prejuicios que se tiene de una persona con dificultades mentales. Los jóvenes están llamados a tomar la posición de moderadores de lo correcto, también de forjar una sociedad para todos donde no exista la desigualdad, sino, por el contrario que reine la paz y la unión entre las personas que desean cambiar el mundo, desde una perspectiva no convencional.

Escabeche de gallina: un suculento plato

En provincia la cultura culinaria es más casera. El gusto por la cocina nace cuando probé el exquisito plato de mi abuelita Margarita, que no supo heredar mi madre. En Huaraz es típico ver la venta de comida casera en los mercados, es más uno de los atractivos de este lugar

Me encanta cocinar, identificar sabores, aromas e ingredientes. Echándole un vistazo a mi primer encuentro con la cocina, viene a mi memoria el recuerdo del la persona más tierna, comprensiva y dulce de mi vida, por medio de la cual decidí aprender a cocinar: mi abuelita Margarita.

Durante las vacaciones de verano del colegio, siempre solía viajar a Huaraz con mis padres para visitar a mi familia, primos, tíos y mis abuelitos. En la visita que realizaba procuraba ir a las chacras para jugar, pero en ese recorrido me permitió conocer los famosos pacaes, granadillas, melocotones y otras frutas típicas de Huaraz.

Mi abuelita esperaba con ansias mi llegada, siempre me recibía con una sonrisa que solo ella sabe mantener con el pasar de los años. Al llegar me recibía con un panorama único, una gran mesa que daba inicio a un gran banquete familiar que traería mucha cháchara y tertulias.

Al llegar, mi abuelita nos preparaba los más suculentos platillos que caracterizan a la zona. Cuando nos daba la bienvenida era inevitable observar el plato que poseía un aglomerado de cebollas. Me dio mucha curiosidad probar ese platillo que mis tíos y mis padres comían con tanto agrado.

Mi amorosa abuelita, que me veía con mucha curiosidad como observaba el plato que comían mis tíos, decidió ofrecerme la bandeja que había puesto para mis primos. Pero sentía temor de probar ese platillo. Era el famoso escabeche de gallina que deleita a muchos pobladores limeños. No podía ignorar la propuesta que me hacía, pues mi mamá me miraba con un rostro entre molesto y dulce. Cómo decir no a mi abuelita.

Sin embargo, cuando ingresó a mi boca este alimento fue increíble, la cebolla no amargaba, el aderezo era exquisito, en ese momento no me interesaba qué ingredientes tenía, pero posteriormente cuando decidí aprender a cocinar mi madre me enseñó con tanto carisma la lista de productos necesarios.

Lo que caracteriza más al escabeche es el aderezo que está compuesto por ají amarillo, un poco de vinagre, orégano, sal, pimienta y de aceite para dar gusto, esto combina a la gallina y al camote. La mezcla de la cebolla con las especies provocó diferentes sensaciones de agrado en mí.

En lima este plato lo preparan diferente, la sazón de mi abuelita era más casera. En las calles de Huaraz era común ver carretilleros que vendían sus tantos platos típicos entre ellos el cuy chactado, el sancochado y el escabeche de gallina.
Mi abuelita quedo feliz al ver que había acabado todo el escabeche, mi madre pensó que lo había comido solo por compromiso, pero debo confesar que desde ese día el escabeche de gallina es uno de mis platos favoritos. Me di cuenta que mi abuela posee un sazón única, los platos que prepara deja encandilados a todos sus comensales, incluyéndome.

Una peruanísima versión del SANDWICH

SÁNGUCHE PERUANO: PASQUALE

En una calle muy transitada por el público miraflorino donde predominan los lugares de distracción, una sangucheria recoge los más exquisitos manjares de una cultura propia de los peruanos que se fortaleció con el paso de los años.

Una calurosa mañana, con agradable compañía y buena suerte caracterizó el exitoso recorrido por una de las sangucherias más conocidas en el ámbito limeño: Hermanos Pasquale. La degustación del tan conocido sanguche con pollo a la brasa conquistó mi paladar.

Entre la avenida Angamos y comandante espinar se encuentra la sangucheria Pasquale. En ese escondite del la Avenida se respira un manjar delicioso. Aquí se venden más de 10 tipos de sánguches como el pollo a la brasa, con chicharrón, con lechón horneado con jugo, pavo clásico, con lomo saltado, pavo anticuchero, apanado a lo pobre, asaltado vegetariano, entre otras especialidades.

MÁS QUE UN PAN CON POLLO

A veces comerse un sánguche con pollo a la brasa es algo más que saborear un jugoso manjar con pollo, lechuga y tomates finos. El degustar este ingenio peruano, supone un viaje a las pollerías más destacadas del Perú, un aroma a sobremesa, a lonche vespertino, a conversaciones entre los comensales.

Mi atención se centra en el sánguche con pollo a la brasa, a pesar, de su peculiar sabor, mucha gente que recorre diariamente el pasaje miraflorino, consume más de uno, e incluso lleva para su casa.

El chef Gastón Acurio supo crear el exitoso Hermanos Pasquale, la única sanguchería que desea retomar lo más casero a base del pollo, hasta el pavo aderezado como anticucho. Asimismo, incluye 15 tipos de salsas, de los dulces, picantes y salados, además de yuquitas fritas y choclos sancochados como entremeses.

La excursión llega a su fin. Y cuando parece que los peruanos nos olvidamos de los aportes de la nuestra propia cultura culinaria, regresa cada vez con más fuerza, con gran innovación para encandilarnos con su suculenta sazón.

“Del Perú para todas las mesas del mundo”

La gastronomía peruana es muy variada, por eso, yo, la causa rellena poseo diferentes rostros según el gusto y disposición del Chef. Me pueden preparar con pescado, pollo, carne, incluso con mariscos

La palta, camarones, pulpa de cangrejo, atún y hasta trucha pueden ser mis suculentos acompañantes para deleitar el paladar de cualquier peruano que se sienta a degustarme.

Soy una entrada fría tan popular en el Perú, me consideran uno de los platos bandera y de gran prestancia en el extranjero. Provengo de las raíces populares que ha formado un lugar muy importante en la gastronomía peruana, asimismo deleito al mundo entero cuando me exportan y dejo en alto el nombre de nuestro país, así salgo del Perú a todas las mesas del mundo.

No tengo límites. El solo hecho de probarme genera un gusto “adictivo”. La papa que sale de los más profundo lugares andinos, hace un largo viaje para aterrizar en las mesas peruanas y esta se somete a un proceso para obtenerme. La preparación que realiza el ciudadano común para tenerme en su mesa es la siguente; la papa se prensa y amasa con poca cantidad de limón amarillo, ají amarillo y aceite, esta mezcla da como resultado una masa muy versátil para ser rellenada con lo que se desee.

Todos me consideran una de las entradas más exitosas del Perú. Llevo el nombre de Causa porque según algunas versiones fui producto y protagonista de la historia de nuestra del país.

Adolfo Perret, y Óscar Bustamante, coinciden en que el origen de mi delicia se remonta a la época de la Guerra del Pacífico, por 1879. En pleno conflicto –relatan, mucha gente recolectó insumos para ayudar a solventar los gastos de la campaña. Las mujeres también participaban y, en esos afanes, aprovecharon la gran cantidad de papa existente. A una de ellas se le ocurrió sancochar y prensar la papa, mezclarla con aceite, ají molido, gotas de limón, sal y pimienta.

La amasó para incorporar mejor los ingredientes y descubrió después que podía moldearla para venderla y reunir fondos. De inmediato, corrió la voz y empezó su venta con el pregón: “Para la causa, para la causa”. Así, me quedé con el nombre de causa. Con el paso del tiempo, mi fama se extendió y se transformó de acuerdo con los gustos regionales.

El resultado se comercializó a través de las vianderas limeñas que la ofrecían "Por la Causa", por la causa limeña, me hicieron así, delicioso y hoy asombro a muchos comensales. Por la sencillez y variedad que me caracteriza. Sobrepasé las fronteras peruanas, siendo un plato irresistible ante el paladar de cada peruano.

Con sabor a peruanidad

El principal ingrediente que me resguarda es la papa, se hace más fácil la degustación con este tubérculo. La composición interna puede variar de acuerdo al lugar y a la disposición de ingredientes, pues en diferentes partes del Perú profundo me preparan con camarones, corvina, mariscos, pulpa de langostinos, pollo, atún y carne.

Paradigma de peruanidad: Iglesias de antaño

Valiosa herencia

Ingresar al corazón de lima es grandioso porque es la única oportunidad de conocer los maravillosos atractivos que tiene el Perú. La majestuosa ciudad de los Reyes posee una serie de lugares turísticos que son el punto de turistas y lugareños. En el centro de la ciudad donde las construcciones se conjugan para convertirse en el principal polo de atracción de nuestra capital, un grupo de feligreses aguardan con anhelo, ingresar a las iglesias para ensalzar su misericordia al Padre Celestial.

Con aire romano

Una de las más enigmáticas Iglesias ancestrales peruanas y que perduran a pesar de los años, es la de San Francisco, llamativa por guardar el espíritu de religiosidad entre sus paredes y por poseer unas criptas conocidas como catacumbas por su similitud con las encontradas en el Imperio Romano. Para llegar solo es necesario ubicarse a dos cuadras de distancia de la Plaza de Armas. Ahí, una construcción de color amarillo con una plazoleta rodeada de un sinnúmero de palomas se roba la atención de cual espectador decida asomarse en este templo.

Sin embargo, nadie puede imaginarse que debajo de la Iglesia de San Francisco existe un cementerio que parece un laberinto, lleno de bóvedas subterránea. Este recinto guarda aún el olor extraño y bastante húmedo que hace imaginar, en la medida que el visitante se interna, que muchas personas yacen bajo los pies, ocultos.

Desde la antiportería y el vestíbulo del templo empieza a mostrar su riqueza. Los lienzos y esculturas, de maestros como de genios anónimos, hacen casi tangible el hambre espiritual, la piedad de aquellos artistas de distintas épocas que supieron plasmar su amor por lo sagrado y divino.

Tanto la sala de exposición penitenciaria, el claustro principal y la sala capitular, donde los franciscanos se reunían para celebrar sus capítulos conventuales y tratar asuntos de fundamental importancia, conforman un rico mosaico de diseños y formas que unen estilos de diversas escuelas, épocas y países.

Este conjunto monumental está hecho de ingenio y técnica, de arte y trabajo, pero sobre todo de fe y de amor, de profunda piedad y devoción, y es en el fondo eso lo que le hace verdaderamente hermoso para todo peregrino que llegue con el corazón abierto para dejarse interpelar por el misterioso lenguaje del arte, historia y la fe.

Atención con los conflictos sociales

El descontento de la población puede jugar en nuestra contra. En marzo del 2008 eran 93 los problemas, ahora ya suman 288. Capacitar a los agentes gubernamentales ayudaría a la pronta solución de los conflictos internos

El crecimiento económico peruano contrasta con los constantes conflictos sociales que se registran. Estos actos tienen carácter de bomba del tiempo que ganan terreno en el país, donde la insatisfacción y el descontento es cada vez mayor por parte de la población.

El Andahuaylazo, Arequipazo, Moqueguazo y Baguazo son algunos de los levantamientos que pasaron a la historia, e hicieron temblar al Gobierno de turno, ocasionando en varias oportunidades la destitución de los ministros del Interior.

Problemas al interior del país

La Defensoría del Pueblo registró 132 casos en setiembre. El mayor porcentaje de conflictos sociales se presentó en las regiones Cajamarca, Cusco, Lima, Ayacucho y Puno. Asimismo, da cuenta de la existencia de 288 conflictos sociales, de los cuales 231 se encuentran activos (80%) y 57 en estado latente (20%).

Cada día se registran seis acciones violentas en diversos departamentos, lo cual es inadmisible en un país que se supone "es un ejemplo de crecimiento económico para el mundo", tal como repite a cada momento el presidente Alan García.
Si bien es cierto, el actual gobierno está cumpliendo con mantener la economía, también es verdad que lo hace en medio de grandes expresiones de insatisfacción social permanente.

Visiones

Los conflictos sociales ya empezaron a ser analizado por antropólogos y sociólogos, con resultados verdaderamente desalentadores. Según señaló el sociólogo Manuel Arana, este fenómeno, en algunos estratos de la sociedad se ve como algo "normal", porque estos conflictos forman parte del paisaje peruano y todos terminan adaptándose.

Algunos políticos minimizan estos hechos y aseguran que el Perú tiene conflictos pequeños. Unos se resuelven, otros no. Mientras que unos cuantos se solucionan solos. La indiferencia de las autoridades ha potenciado los conflictos sociales, acrecentado por la pobreza que juega en contra del desarrollo del país.

“Es ingenuo imaginar que las protestas son fruto puro y espontáneo de actores locales sin relación con otros actores e intereses, tampoco debemos llegar al extremo de pensar que los conflictos son resultados de la pura manipulación. Pues las personas se movilizan cuando se sienten agraviadas, y así como cuando desconfían del Gobierno, también desconfían de los líderes y dirigentes”, sentenció el sociólogo Manuel Arana.

Aunque estos enfrentamientos afectan relativamente a pocos ciudadanos, no se mide qué tan grande es el daño contra el país. Los turistas y las empresas extranjeras prefieren marcharse a otros sitios porque no les interesa visitar o invertir en un país en permanente convulsión social que no les garantiza la tranquilidad necesaria.

Medidas de solución

Para Rolando Luque, jefe de la Unidad de los Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo, el Estado debe invertir en la capacitación de más funcionarios en el manejo y solución de los problemas internos del país. Esta inversión es rentable, si se tiene en cuenta las pérdidas que ocasionan estos para el Estado y el sector privado.

Los conflictos sociales dejan varias lecciones. Pone en claro la necesidad de un Gobierno Central que no rehúya a los focos de conflicto. Se debe actuar antes de que los descontentos de la población lleven a los graves disturbios que se presencian en la actualidad. Asimismo, cuando hay una tragedia, alguien debería responder por esos muertos, sin lavarse las manos. La única manera de solucionar los conflictos es a través del diálogo y siguiendo los cauces democráticos para lograr la paz social.

Identificar los focos de conflictos y evitar que las protestas lleguen a mayores son algunas de las medidas a tener en cuenta para evitar la pérdida de vidas. El ejecutivo debe permanecer alerta y no actuar recién cuando la sangre llegó al río, también debe impedir el deterioro de la prevención en el país.

La polémica de un libro

Hace unas semanas, en momentos en que los narcoterroristas agobian la zona del VRAE, Abimael Guzmán, el recordado cabecilla de Sendero Luminoso, dejó perplejos a todos los peruanos con el lanzamiento de su libro: De puño y letra. Escrito desde la prisión tras cumplirse 17 años de su captura.


Durante la presentación la obra, el abogado de Guzmán, Alfredo Crespo aseguró a carta leída que el libro es la compilación de la estrategia legal que utilizó Guzmán para enfrentar los juicios a los que fue sometido en el 2006, también recogió los momentos vividos en su niñez y juventud.


Este hecho tiene precedentes, durante el primer gobierno de Alan García, el libro En el Banquillo ¿terrorista o rebelde?, fue editado desde prisión, por quién fuera el jefe máximo de una organización terrorista MRTA, Víctor Polay.

Lo curioso de este libro -que hace años no provocó ni la décima parte de la agitación actual de las autoridades apristas- pues contaba con un prólogo y unas palabras finales de dos compañeros apristas: Armando Villanueva y Javier Valle Riestra.

No ocurrió lo mismo con el texto de Guzmán, ya que después del lanzamiento se armó un escándalo en las esferas del poder político; empezando con los pronunciamientos a favor y en contra. Ahora resulta que van a denunciar a Elena Iparraguirre y a todos los involucrados en la publicación del libro de Guzmán, por apología del terrorismo.

El responsable de que se hayan filtrado los manuscritos de Abimael Guzmán es el gobierno de turno, pues es el único que tiene el control del Centro de Revolución de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao, donde se encuentra purgando condena el recordado líder senderista.

Lo cierto es que hay muchos problemas que requieren de la atención de los políticos y de la población, pero estos son opacados con los temas que aparecen con la finalidad de hacer olvidar los principales obstáculos que aquejan al pueblo peruano.

Seguridad Ciudadana

Asaltos, secuestros, crímenes, linchamientos y violencia se han convertido en una constante en la rutina diaria de todos los peruanos. El incremento de la delincuencia y la inseguridad ciudadana es hoy un problema latente, que el Gobierno está en la obligación de erradicar.

El notable momento económico que vive nuestro país, con un crecimiento del PBI del 7% anual, puede irse al piso si no se enfrenta decisivamente el grave problema de la inseguridad ciudadana.

Lima carece de una visión metropolitana de seguridad, evidenciada en la poca coordinación entre los alcaldes distritales y el de Lima, Luis Castañeda Lossio. Es cierto que hay iniciativas aisladas a nivel distrital, pero valdría la pena preguntarse ¿Cuántas veces el alcalde Castañeda se ha reunido con las autoridades distritales para trabajar estos enfoques compartidos de seguridad? ¿Quién va a seguir invirtiendo en un país que no ofrece las mínimas garantías para la integridad de sus residentes?

Estas son las preguntas que debe afrontar el Gobierno, y particularmente el Ministerio del Interior, con su titular Octavio Salazar a la cabeza, ante el imparable e intolerable aumento de atentados contra la vida, la integridad física, la propiedad y el derecho exclusivo de todos los peruanos a circular libremente.

No hay un solo día en que no se produzcan robos o secuestros al paso, asaltos a ómnibus en la ruta interprovincial o atentados criminales contra policías, como los ocurridos constantemente en el VRAE. En este caso, la lucha contra el narcoterrorismo exige acciones firmes que deben ser lideradas por la Policía Nacional y apoyadas por las Fuerzas Armadas, para poder vencer a un enemigo ensoberbecido en una zona especialmente agreste y difícil.

Ante esta situación la respuesta del sector Interior sigue siendo limitada e ineficiente. Y esto se debe no solo a la falta de recursos logísticos -continúan con déficit de patrulleros- sino a la falta de voluntad política para elaborar y ejecutar un plan integral que incluya desde patrullajes y equipamiento, hasta la desactivación de las bandas delictivas que operan desde los penales.

Por otro lado, el principal causante de la inseguridad es la falta de coordinación entre policías y serenazgo, el reducido número de agentes, vehículos y la falta de un planes a largo plazo como educación, incorporación y rehabilitación de sus comunas.

Por eso, es necesario mejorar la fuerza policial, desarrollar políticas de acercamiento vecinal, modernizar las comisarias, para liberar efectivos y dejar de proteger a cualquier funcionario estatal, estos son algunos temas que deben estar incluidos en la reforma sectorial.

En fin, esperemos que el ministro tome al toro por las astas y así evite que siga aumentando la inseguridad ciudadana en diferentes zonas del Perú.

Cementerio Nueva Esperanza

El viento sopla con fuerza en esta zona de Villa María del triunfo, las flores secas y el polvo se elevan hacia las miles de personas que con frecuencia asisten al cementerio Nueva Esperanza para ir al encuentro de sus seres queridos que yacen en este recinto.

La distancia no es impedimento para los familiares, pues el cariño que sienten los motiva a caminar hacia la cima de los cerros y pasar por los caminos serpenteados donde fueron ubicadas las lápidas de sus seres queridos.

El Cementerio Municipal Nueva Esperanza se levanta en Villa María del Triunfo sobre sesenta hectáreas inabarcables a la vista. Tiene fama de ser el segundo cementerio más grande del mundo. Se formó de manera clandestina durante la década del sesenta y desde entonces se ha convertido en un importante espacio social para las familias provenientes de de los departamentos más pobres del Perú.

Este campo santo rompe con el esquema urbano limeño. Las lápidas se dividen por pabellones de acuerdo a la edad y al lugar de nacimiento, en otros casos es necesario ubicar las lápidas en las faldas de los cerros.

Al ingresar al cementerio se puede percibir el encuentro de muchos sentimientos: tristeza, pena, nostalgia y alegría. En este lugar el arpa derrama notas muy melancólicas y la cerveza juega un papel importante en los visitantes, haciendo olvidar las penas y menguando el dolor que provoca el recuerdo de sus seres añorados.

Con bombos y platillos, algunas personas despiden a sus familiares, entonando cánticos que traen a su memoria los recuerdos que en vida fueron. A los visitantes no les importa el terreno accidentado por el que deben pasar ni el polvo que lo cubre todo, tampoco el viento. El consuelo de permanecer unas horas con sus difuntos es el alimento que los lleva a no desistir.

El cementerio más bello del país está en Nueva Esperanza, con sus tumbas ubicadas en una quebrada como andenes y sus fiestas costumbristas, con su cerveza y sus bandas folclóricas' así lo remarcó el antropólogo Matos Mar.

Aquí, por momentos todo es color tierra. Pero la claridad nos muestra un panorama sorprendente en la que se puede avizorar las figuras interminables de las tumbas. Están presentes en cada rincón del cementerio, en los llanos y en las faldas de los cerros. Cualquier espacio libre sirve para enterrar a alguien. Pero hay que tener suerte para hallar un lugar cerca de la entrada, pues de lo contrario les espera a los dolientes una larga caminata de hasta media hora para llegar a "la última morada" y poder hallar a su ser apreciado descansando.