Es frecuente ver que muchos distritos de Lima riegan sus áreas verdes, pero se ha puesto a analizar de dónde sale esa agua que proporciona vida a los pulmones de la capital. Solo algunas localidades como San Borja, San Isidro, Miraflores y Surco realizan una encomiable labor al tratar las aguas que no son de consumo humano, para preservar la flora de nuestro hábitat.
Esta iniciativa de crear plantas de tratamiento de las aguas se produjo por la necesidad de mantener las áreas verdes, como lo recomienda el Organismo Mundial de Salud (OMS), por cada habitante de un distrito se debe llegar a 8 metros cuadrado de las áreas verdes.
“Con el proyecto de la costa verde se anhela ampliar en 9 metros cuadrado el índice de áreas alimentadas con aguas tratadas”, manifestó Jimmy Sánchez Gutiérrez, Subgerente de parques y jardines del medio ambiente del distrito de San Miguel.
El proceso se almacenamiento de agua se efectúa desde los canales de regadío y se filtra el agua para que no sacar las partículas o desechos antes de ingresar al servicio de sedimentación, esta canaleta posee unas celdas pequeñas para evitar el traslado de impurezas sólidas, así se evitará regar las áreas verdes con el agua potable.
Para el mantener las aguas residuales se utiliza el peróxido de Carbono este químico permite eliminar las sustancias que poseen las cuales le dan un olor fétido, pero por el costo de este químico se ha optado por usar el hipoclorito de calcio que se convierte en un desinfectante volátil para las plantas.
En el distrito de Miguel se espera ampliar este sistema de de tratamiento de las aguas, puesto que el 60 por ciento de sus áreas verdes aún se nutren con aguas potables, aseguró Jimmy Sánchez Gutiérrez, esto inevitablemente perjudica a los sectores de la población limeña que no cuentan con agua.