En una calle muy transitada por el público miraflorino donde predominan los lugares de distracción, una sangucheria recoge los más exquisitos manjares de una cultura propia de los peruanos que se fortaleció con el paso de los años.
Una calurosa mañana, con agradable compañía y buena suerte caracterizó el exitoso recorrido por una de las sangucherias más conocidas en el ámbito limeño: Hermanos Pasquale. La degustación del tan conocido sanguche con pollo a la brasa conquistó mi paladar.
Entre la avenida Angamos y comandante espinar se encuentra la sangucheria Pasquale. En ese escondite del la Avenida se respira un manjar delicioso. Aquí se venden más de 10 tipos de sánguches como el pollo a la brasa, con chicharrón, con lechón horneado con jugo, pavo clásico, con lomo saltado, pavo anticuchero, apanado a lo pobre, asaltado vegetariano, entre otras especialidades.
MÁS QUE UN PAN CON POLLO
A veces comerse un sánguche con pollo a la brasa es algo más que saborear un jugoso manjar con pollo, lechuga y tomates finos. El degustar este ingenio peruano, supone un viaje a las pollerías más destacadas del Perú, un aroma a sobremesa, a lonche vespertino, a conversaciones entre los comensales.
Mi atención se centra en el sánguche con pollo a la brasa, a pesar, de su peculiar sabor, mucha gente que recorre diariamente el pasaje miraflorino, consume más de uno, e incluso lleva para su casa.
El chef Gastón Acurio supo crear el exitoso Hermanos Pasquale, la única sanguchería que desea retomar lo más casero a base del pollo, hasta el pavo aderezado como anticucho. Asimismo, incluye 15 tipos de salsas, de los dulces, picantes y salados, además de yuquitas fritas y choclos sancochados como entremeses.
La excursión llega a su fin. Y cuando parece que los peruanos nos olvidamos de los aportes de la nuestra propia cultura culinaria, regresa cada vez con más fuerza, con gran innovación para encandilarnos con su suculenta sazón.
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